Fallece Odín, Heroico Perro Rescatista del Grupo K9 de Protección Civil en Nuevo León
Monterrey, Nuevo León – 6 de octubre de 2025. En un momento de profundo dolor para la comunidad de rescate estatal, Protección Civil de Nuevo León anunció el sensible fallecimiento de Odín, uno de los binomios caninos más destacados de la unidad especializada en búsqueda y localización de personas. Odín, un pastor belga malinois de extraordinaria tenacidad y olfato, formaba parte integral del grupo K9, conocido como la “Manada K9”, que ha sido clave en operaciones de alto riesgo a lo largo de los últimos años. Su partida, ocurrida recientemente por causas naturales relacionadas con su avanzada edad, deja un vacío irreparable en la corporación y entre todos aquellos que tuvieron el privilegio de trabajar a su lado.
Odín se incorporó al escuadrón K9 en 2019, tras un riguroso proceso de entrenamiento en el Centro de Capacitación Canina de Protección Civil, donde desarrolló habilidades excepcionales para detectar scents humanos en entornos adversos, como escombros, zonas inundadas y áreas colapsadas. Su especialidad en búsqueda de superficie y rastreo lo convirtió en un miembro indispensable de la unidad, que opera bajo el mando de handlers expertos y colabora con brigadas de rescate urbano, acuático y montañoso. Desde su debut operativo, Odín participó en más de una docena de misiones críticas, demostrando no solo precisión en la localización de víctimas, sino también una lealtad inquebrantable hacia su equipo humano.
Entre 2020 y 2022, Odín brilló en varios despliegues emblemáticos que marcaron la respuesta de Nuevo León ante desastres naturales y emergencias locales. Uno de sus primeros aportes significativos fue durante las inundaciones provocadas por el huracán Hanna en julio de 2020, cuando el estado enfrentó crecidas repentinas en ríos como el Santa Catarina y el San Juan. En colaboración con los “Axolotes” –el equipo de buzos de Protección Civil–, Odín ayudó a acotar zonas de búsqueda en la Presa de la Boca, en Santiago, donde su olfato guió a los rescatistas hacia posibles sobrevivientes atrapados por corrientes fuertes. Aunque las condiciones eran extremas, con vientos huracanados y visibilidad nula, Odín mantuvo la calma y marcó puntos clave que aceleraron las evacuaciones de familias varadas.
Ese mismo año, durante los sismos secundarios reportados en la región noreste tras el movimiento telúrico en Oaxaca, Odín fue desplegado en simulacros y operaciones reales de búsqueda en estructuras colapsadas en la zona metropolitana de Monterrey. Su capacidad para diferenciar entre scents vivos y restos humanos salvó horas valiosas en protocolos de rescate, permitiendo priorizar esfuerzos en áreas con mayor probabilidad de supervivencia. En 2021, Odín participó en la respuesta a los deslaves en la Sierra Madre Oriental, específicamente en Galeana y Doctor Arroyo, donde las lluvias torrenciales sepultaron vehículos y viviendas. Allí, junto a su handler, recorrió más de 15 kilómetros de terreno accidentado, localizando a tres excursionistas heridos y contribuyendo al cierre exitoso de la fase de búsqueda inicial.
Hacia 2022, Odín extendió su legado más allá de las fronteras estatales. Como parte de la Fuerza de Tarea Binacional, se unió a misiones de apoyo en Texas durante las inundaciones del Río Guadalupe, un evento que cobró más de 100 vidas y dejó decenas de desaparecidos. Aunque no fue uno de los caninos iniciales como Joe o Aby –quienes marcaron el hallazgo de un menor en julio de ese año–, Odín rotó en brigadas posteriores, reforzando la presencia de la Manada K9 en el condado de Kerr. Su trabajo allí, documentado en reportes oficiales de Protección Civil, incluyó el rastreo en campamentos inundados como el Mystic, donde su precisión ayudó a mapear zonas de alto riesgo y a coordinar con equipos estadounidenses del FEMA.
La Manada K9, integrada por caninos como Joe, Aby, Loretta, Danna y el propio Odín, representa el pináculo de la preparación en Nuevo León. Estos binomios no solo reciben entrenamiento anual en certificaciones internacionales de la International Rescue Dog Association (IRDA), sino que también participan en simulacros conjuntos con entidades federales y extranjeras. Odín, en particular, era reconocido por su temple sereno bajo presión; sus handlers lo describían como un “soldado silencioso” cuya cola en movimiento era la señal infalible de un hallazgo. En total, durante su servicio activo, Odín contribuyó directamente a la localización de al menos ocho personas con vida y facilitó el cierre de búsquedas en escenarios de pérdida humana, evitando riesgos innecesarios para los equipos terrestres.
El fallecimiento de Odín ha generado una ola de tributos en redes sociales y dentro de la corporación. La Dirección de Protección Civil emitió un comunicado oficial destacando que “Odín no era solo un perro; era un compañero de armas que salvó vidas con su instinto puro y su devoción incondicional”. Figuras como el gobernador Samuel García y el director de la dependencia, Juan Gustavo Cantú, han expresado condolencias públicas, recordando cómo la Manada K9 encarna el espíritu de servicio desinteresado. Compañeros rescatistas, muchos de los cuales compartieron patrullas nocturnas y entrenamientos extenuantes con Odín, han compartido anécdotas en foros internos: desde cómo robaba galletas durante pausas para “recargar energías” hasta su rol terapéutico en momentos de duelo post-operativo, ofreciendo consuelo con su presencia calmada.
En un estado propenso a fenómenos hidrometeorológicos intensos –como las recientes alertas por reblandecimiento de suelos en la región–, la pérdida de Odín subraya la urgencia de fortalecer estos programas. Protección Civil ha anunciado planes para incorporar nuevos cachorros a la Manada K9, con énfasis en razas resistentes como el malinois y el labrador, y ha llamado a la sociedad a donar para su fondo de mantenimiento. Mientras tanto, un homenaje póstumo se llevará a cabo en el cuartel central de Monterrey, donde Odín recibirá honores protocolares, incluyendo una ceremonia con su collar y juguetes como símbolo de su legado.
La partida de Odín nos recuerda el costo humano –y animal– del heroísmo cotidiano. En un mundo donde las emergencias no avisan, estos guardianes peludos nos enseñan que el verdadero coraje radica en la lealtad inquebrantable. Descanse en paz, Odín; tu huella en las vidas salvadas perdurará por generaciones.