Robo de película en el Louvre: Ladrones se llevan joyas de Napoleón en un golpe de siete minutos

París, 20 de octubre de 2025 – El Museo del Louvre, el más visitado del mundo con más de 8,7 millones de entradas anuales, vivió este domingo un atraco que parece sacado de un guion de Hollywood. Cuatro ladrones encapuchados, disfrazados de obreros con chalecos amarillos, irrumpieron en la Galería de Apolo –la sala que alberga las Joyas de la Corona Francesa– y en apenas siete minutos vaciaron dos vitrinas de alta seguridad, llevándose nueve piezas históricas de “valor incalculable” pertenecientes a Napoleón y la Emperatriz Eugenia. El botín incluye diademas, collares, pendientes y broches de esmeraldas y zafiros, símbolos del esplendor imperial francés. El museo fue evacuado de inmediato y permanece cerrado al menos 24 horas para preservar las pruebas, mientras la policía francesa despliega una cacería internacional para recuperar las reliquias.

El golpe, calificado por el ministro del Interior, Laurent Nuñez, como un “ataque directo a la historia y al patrimonio de Francia”, comenzó poco después de la apertura al público, a las 9:30 horas. Los delincuentes llegaron en moto hasta la fachada del antiguo palacio que da al río Sena, donde obras de remodelación facilitaron su acceso. Usando un montacargas –similar al empleado en las mudanzas–, escalaron hasta el primer piso y rompieron una ventana con una radial. Una vez dentro, con pequeñas motosierras cortaron los cristales blindados de las vitrinas, ignorando a los primeros visitantes que entraban en la sala. Las imágenes de seguridad, difundidas por BFMTV, muestran a uno de los ladrones manipulando las joyas con guantes mientras, al fondo, turistas corren en pánico durante la evacuación ordenada por el personal.

Entre las piezas robadas destacan:

• Diadema de la reina María Amelia y de la reina Hortensia.
• Collar y pendiente del conjunto de zafiro de las mismas reinas.
• Collar de esmeraldas de la reina María Luisa.
• Par de pendientes de esmeralda de María Luisa.
• Broche y diadema de la emperatriz Eugenia.
• Un broche adicional de la emperatriz.

Una de ellas, la corona de Eugenia, fue hallada dañada en las inmediaciones del museo, probablemente perdida en la huida apresurada en dos scooters de alta cilindrada. “Era un equipo profesional que había hecho reconocimiento previo”, aseguró Nuñez, quien confirmó que los ladrones abandonaron la moto y escaparon en un vehículo no identificado. La Fiscalía de París abrió una investigación por “robo en banda organizada y asociación de malhechores criminal”, con apoyo de videovigilancia y análisis forense en curso.

Una tormenta política en plena crisis

El robo ha desatado una oleada de críticas al gobierno de Emmanuel Macron, ya vapuleado por la inestabilidad política. La líder de extrema derecha, Marine Le Pen, lo tildó de “herida en el alma francesa” y acusó a las autoridades de negligencia: “Nuestros museos ya no son santuarios”. La presidenta del Louvre, Laurence des Cars, lamentó la brecha en la seguridad y recordó que había solicitado refuerzos este año, aunque la ministra de Cultura, Rachida Dati, admitió que en las últimas décadas no se adoptaron medidas suficientes contra “nuevas formas de criminalidad organizada”. Dati, presente en el sitio, destacó que el asalto transcurrió “sin violencia” y elogió la “profesionalidad” de los empleados en la evacuación, que evitó el pánico entre los miles de turistas.

Este incidente expone vulnerabilidades crónicas en el Louvre, pese a su reputación de “fortaleza tecnológica”. El museo, que alberga 33.000 obras desde antigüedades mesopotámicas hasta la Mona Lisa –protegida por vidrio antibalas–, enfrenta problemas de hacinamiento y obsolescencia. En junio pasado, una huelga del personal protestó por la falta de guardias y el turismo masivo, que complica la vigilancia. Macron anunció en enero un “Nuevo Renacimiento del Louvre” por 700 millones de euros, con modernizaciones hasta 2031, pero los sindicatos advierten que el alivio llega tarde. “Los objetos pequeños como joyas son los más vulnerables por su portabilidad”, explica un experto en seguridad patrimonial.

Un Louvre con historial de golpes audaces

Este no es el primer “robo de película” en el Louvre. En 1911, el italiano Vincenzo Peruggia se llevó la Mona Lisa bajo su abrigo, un escándalo que la convirtió en ícono global y que inspiró interrogatorios a Picasso y Apollinaire. En 1983, dos piezas de armadura renacentista desaparecieron y fueron recuperadas casi 40 años después. El golpe de este domingo evoca otros atracos legendarios, como el de 13 obras maestras en el Isabella Stewart Gardner de Boston (1990, valoradas en 500 millones de dólares) o el saqueo del Green Vault de Dresde (2019). Analistas vinculan estos delitos a redes criminales internacionales que trafican arte en el mercado negro, donde una diadema napoleónica podría valer millones en subastas clandestinas.

Mientras París se recupera del shock –con carreteras selladas y un caos de turistas–, el mundo del arte contiene la respiración. Nuñez prometió “todos los medios” para la recuperación, pero el daño va más allá de lo material: es un recordatorio de que ni siquiera los tesoros mejor custodiados están a salvo de la audacia humana. El Louvre reabrirá mañana, pero con cicatrices frescas en su legado imperial.