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Noroña desata polémica al volar en jet privado a Coahuila: ¿De chairos críticos a fifís en el poder?

Ciudad de México, 8 de octubre de 2025 – El senador de Morena, Gerardo Fernández Noroña, generó una nueva controversia al utilizar un jet privado para una gira de trabajo en Coahuila, un traslado que contradice los principios de austeridad republicana que su partido defendió durante años como estandarte contra la “parafernalia del poder” de la derecha. El incidente revive el debate sobre la evolución de los políticos morenistas: de chairos combativos que fustigaban los lujos de los “fifís” a figuras que ahora enfrentan acusaciones de hipocresía por adoptar prácticas similares.

El viaje, realizado el viernes y sábado pasados, incluyó vuelos entre Toluca, Torreón, Piedras Negras y Ciudad Acuña, con el objetivo de asistir a asambleas informativas partidistas. Noroña, acompañado por el exdiputado Shamir Fernández y su suplente Pilar de Aguinaga, optó por un Socata TBM 850, una aeronave de negocios de cuatro plazas con un costo de renta aproximado de 2 mil dólares por hora de vuelo. El trayecto total, que sumó seis horas en el aire más una noche de pernocta, se estima en unos 14 mil dólares, equivalentes a más de 257 mil pesos al tipo de cambio actual.

Ante las críticas que circularon en redes sociales y medios, Noroña defendió su decisión en una entrevista improvisada, minimizando el lujo y argumentando necesidad logística. “La compañera presidenta ha dicho con mucha claridad que hay veces que se justifica”, declaró, refiriéndose a declaraciones previas de Claudia Sheinbaum sobre el uso excepcional de vuelos no comerciales. “Me parece que cuando se requiere un vuelo privado hay que hacerlo, punto. No hay ninguna situación incorrecta. Es un avión bastante pequeño, de cuatro plazas solamente… Es un taxi aéreo”, agregó, rechazando revelar quién cubrió los gastos y negando el uso de recursos públicos.

La justificación no convenció a todos. La presidenta Sheinbaum, durante su conferencia matutina de este miércoles, evitó profundizar en el caso y optó por una respuesta lacónica: “¡No! Cada quien que responda por sus (acciones)”, aludiendo a la responsabilidad individual de los legisladores. Sin embargo, el vuelo de Noroña choca frontalmente con el código ético de Morena, aprobado en el Congreso Nacional del partido el 4 de mayo de 2025 e inspirado en una carta de la propia Sheinbaum. Este documento prohíbe explícitamente “realizar viajes aéreos en primera clase o utilizar vehículos aéreos privados, sin importar el origen del recurso erogado para tal efecto”. En su discurso de septiembre de 2024, Sheinbaum había calificado tales prácticas como “contrarias al movimiento” y reminiscentes de los privilegios del “pasado neoliberal”.

El episodio no es aislado. Noroña ha enfrentado escrutinio previo por un vuelo en clase business a Francia y la adquisición de una vivienda en Tepoztlán, que él defiende bajo el concepto de “medianía decorosa” –es decir, gastos cubiertos con ingresos legítimos. Pero el caso de Coahuila amplifica un patrón más amplio en Morena: la transición de un discurso antiélite a conductas que evocan los excesos que tanto criticaron. Durante la campaña de Andrés Manuel López Obrador en 2018, el tabasqueño prometió vender el avión presidencial TP-01 y fustigaba a los “fifís” por sus jets privados y yates. “La austeridad es el antídoto contra la corrupción”, repetía. Hoy, reportes recientes muestran a funcionarios de la 4T recurriendo a aeronaves rentadas para giras, como un viaje de AMLO a Jalisco en jet privado que desató indignación en agosto.

En redes, el meme “de chairos a fifís” resurgió con fuerza. Usuarios opositores y hasta simpatizantes de izquierda cuestionan si la Cuarta Transformación ha mutado en una élite propia. “Noroña, el de la ‘pobreza franciscana’, ahora en jet de 2 mil dólares la hora. ¿Dónde quedó la austeridad?”, tuiteó un analista político, sumándose a un coro de críticas que vinculan el incidente con la “hipocresía de la 4T”. Otros recuerdan cómo Morena ridiculizaba a panistas y priistas por lujos similares, acuñando términos como “chairos” para los humildes progresistas versus los “fifís” derrochadores.

Desde el PAN y el PRI, las reacciones fueron predecibles. “Morena pasó de predicar austeridad a practicar el despilfarro. Noroña es el rostro de esa doble moral”, declaró un legislador blanquiazul en un comunicado. Dentro de Morena, el silencio ha sido mayoritario, aunque analistas partidistas advierten que estos tropiezos podrían erosionar la credibilidad del partido de cara a las elecciones intermedias de 2027.

Noroña, fiel a su estilo confrontacional, desestimó las acusaciones: “No tengo que transparentar nada… Yo voy a seguir recorriendo el país”. Mientras tanto, el debate sobre si la austeridad es un principio inquebrantable o un eslogan flexible persiste, recordando que en política mexicana, el vuelo privado no solo transporta cuerpos, sino también ironías.


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