Trump advierte: EE.UU. no dudará en atacar países que faciliten la infraestructura del narcotráfico
Washington, 3 de diciembre de 2025 – El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, escaló este martes sus amenazas contra el narcotráfico al declarar que su gobierno está dispuesto a lanzar ataques militares, incluso terrestres, contra cualquier país que facilite la producción o el tránsito de drogas ilegales hacia territorio estadounidense, particularmente fentanilo y cocaína.
Durante una reunión de gabinete en la Casa Blanca, Trump afirmó: “Si creemos que están construyendo instalaciones para fentanilo o cocaína… cualquiera que haga eso y lo venda a nuestro país está sujeto a ataque”. El mandatario mencionó específicamente a Venezuela y Colombia, sin descartar acciones en otros naciones de la región.
Esta advertencia llega en medio de una campaña militar iniciada en septiembre de 2025, que incluye más de 20 ataques a embarcaciones sospechosas en el Caribe y el Pacífico oriental, y la designación de varios cárteles –como el Cartel de los Soles venezolano– como organizaciones terroristas extranjeras. Fuentes oficiales indican que el Pentágono ya prepara opciones para operaciones terrestres, amparadas en una interpretación legal que considera a los narcotraficantes como “combatientes ilegales” en un conflicto armado no internacional.
La administración Trump justifica estas medidas por la crisis de opioides en EE.UU., que causa decenas de miles de muertes anuales, aunque expertos señalan que el fentanilo ingresa principalmente a través de México, no de las rutas marítimas atacadas.
Gobiernos latinoamericanos han reaccionado con alarma. Venezuela califica las acciones como una “guerra no declarada” y un pretexto para un cambio de régimen, mientras Colombia rechaza cualquier implicación y defiende su cooperación histórica en la lucha antidrogas.
Analistas internacionales advierten que esta doctrina podría tensar relaciones diplomáticas, violar la soberanía de naciones aliadas y complicar esfuerzos multilaterales contra el crimen organizado. Organismos como la ONU y la OEA observan con preocupación un posible precedente de intervenciones unilaterales.
Mientras el despliegue militar en el Caribe se intensifica, el mundo espera si estas amenazas se materializarán en acciones concretas o sirven como presión para mayor cooperación regional en el combate al narcotráfico. El equilibrio entre seguridad nacional estadounidense y el respeto al derecho internacional pende de un hilo en esta nueva fase de la “guerra contra las drogas”.