¿Morena oculta el mayor desfalco de la historia mexicana por 600 mil millones de pesos?

Ciudad de México, 9 de octubre de 2025

En un país donde la corrupción ha sido un lastre histórico, el reciente escándalo del “huachicol fiscal” amenaza con eclipsar todos los casos previos, con un daño estimado al erario público de al menos 600 mil millones de pesos. Esta cifra colosal, revelada por la procuradora Fiscal de la Federación, Grisel Galeano García, durante su comparecencia ante la Cámara de Diputados, ha desatado un torbellino político. Sin embargo, el oficialismo de Morena parece reacio a asumir la magnitud del problema, lo que opositores interpretan como un intento desesperado de evitar que este caso se convierta en el símbolo definitivo de la traición al pacto anticorrupción que impulsó el movimiento en 2018.

El huachicol fiscal no es el robo tradicional de ductos de Pemex, sino un esquema sofisticado de contrabando de combustibles importados que se disfrazan como otros productos para evadir impuestos y aranceles. Según Galeano García, entre 2022 y 2025 –coincidiendo con el ocaso del sexenio de Andrés Manuel López Obrador–, este fraude involucró redes de delincuencia organizada, factureras y, presuntamente, complicidades en altos niveles del gobierno, incluyendo mandos de la Secretaría de Marina (Semar). “Es un perjuicio inmanejable sin una estructura de complicidades estatales”, advirtió la procuradora, quien detalló que solo 16 mil millones de pesos han sido formalizados en denuncias hasta ahora, pero el total podría superar los 600 mil millones.

La revelación, hecha pública el 3 de octubre, ha sido un mazazo para el gobierno de Claudia Sheinbaum, quien asumió el poder hace apenas un año prometiendo “cero tolerancia” a la corrupción. Dos días después, el 7 de octubre, la Presidencia emitió un comunicado desmintiendo la cifra exacta, argumentando que se trata de una “estimación preliminar” y que el daño real es “menor y en proceso de recuperación”. Esta respuesta ha sido calificada de “negacionismo político” por analistas, quienes ven en ella un eco de las estrategias del anterior sexenio para minimizar escándalos como Segalmex –un fraude de 15 mil millones de pesos– o la Estafa Maestra, que sumó 7 mil 670 millones bajo administraciones previas de López Obrador en la Sedesol y Pemex.

Opositores como el PAN y el senador Ricardo Anaya han sido los más vocales en calificar este caso como “el mayor acto de corrupción en la historia de México”. “Morena es huachicol: 200 mil millones de pesos anuales robados, 20 veces Segalmex y 40 veces la Estafa Maestra”, denunció Anaya en un video que acumuló miles de vistas en redes sociales. El empresario Ricardo Salinas Pliego, en un tuit del 24 de agosto –anticipando el escándalo–, compiló casos de corrupción morenista que suman 592 mil millones de pesos, incluyendo sobreprecios en Birmex (13 mil millones) y desvíos en Tabasco. “No son diferentes a los de antes; provienen de las filas corruptas del PRI, PRD y PAN”, ironizó.

 

En las calles y en X (antes Twitter), la indignación hierve. Usuarios como @ClaudiAnaya, de Zacatecas, compartieron gráficos comparativos: “Falsa narrativa morenista de que antes no se perseguían delitos de corrupción. Ahora crearon la red más grande: 177 mil millones de daño”. Otro tuitero, @wadelacruz, calculó que si se repartiera el monto entre los 130 millones de mexicanos, cada uno recibiría 4 mil 615 pesos –“más que suficiente para medicinas, escuelas o patrullas que faltan”. El activista @IronWill3_ lo resumió crudo: “600 mil millones es la MÁS ALTA TRAICIÓN A LA PATRIA en toda la historia de México”.

 

La reticencia de Morena a “aceptar” la cifra no es solo política; expertos en anticorrupción, como los de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI), advierten que reconocer el monto completo implicaría admitir fallas sistémicas en instituciones clave como Pemex y la Semar, donde exfuncionarios como el almirante Rafael Ojeda y Hernán Bermúdez Requena –líder de la red “La Barredora”– están bajo escrutinio. “Esto hace palidecer a cualquier fraude previo”, escribió el columnista Jorge Fernández Menéndez en Excélsior, cuestionando: “¿A dónde fue ese dinero? ¿Quién se lo quedó y cómo se lavó?”.

 

El Índice de Percepción de la Corrupción 2024 de Transparencia Internacional, presentado en febrero, ya colocaba a México en el puesto 140 de 180 países con solo 26 puntos de 100, confirmando un deterioro durante la “Cuarta Transformación”. Con este nuevo capítulo, la pregunta es si Sheinbaum impulsará investigaciones independientes o si el oficialismo optará por la opacidad, como en el caso de los 33 mil millones de pesos no solventados por el gobierno de López Obrador, según la Auditoría Superior de la Federación (ASF).

 

Mientras el Congreso debate recortes presupuestales por la caída de remesas y el endeudamiento heredado, el huachicol fiscal emerge como un recordatorio brutal: la corrupción no desapareció; mutó y creció. Si Morena no actúa con transparencia, el costo no será solo económico, sino el de su credibilidad ante un pueblo que, en 2018, les dio el mandato de erradicarla de raíz. El reloj corre, y los 600 mil millones –o lo que sea que se confirme– exigen respuestas, no excusas.